Fueron experimentadores que privilegiaron el sabor, reduciendo los rendimientos, escogiendo sólo uvas con taninos suaves y maduros y apagando los vinos más fuertes.Los puristas sostuvieron que los vinos no se añejaban bien y que no reflejaban bien el terroir de la región, ni las características de las variedades de uvas utilizadas.A veces, el término es utilizado como un adjetivo ambiguo, en referencia a vinos que provienen de establecimientos desconocidos sin un historial probado.También se han usado términos como “super-cuvée” o "microchâteau" para adjetivar estos vinos, que a menudo reciben calificaciones muy altas de Robert M. Parker, principal crítico estadounidense de vinos.Suelen ser vendidos a precios altos por su rareza y por la moda.