Asimismo, la sangre tenderá a bajar hacia las piernas, disminuyendo la presión en las partes más elevadas del organismo, como por ejemplo los ojos.
La retina recibe menos irrigación y empieza a funcionar mal: con una presión de perfusión de ~90 mmHg perderíamos la visión periférica, obteniendo lo que se conoce como visión túnel.
Si se aumenta la aceleración hasta unos 5 g, cuando alcanzásemos una presión tan baja como 30 mmHg perderíamos transitoriamente la visión (blackout).
Del mismo modo, el cerebro también ve disminuido su aporte de oxígeno: manteniendo esa situación de excesivos g's durante suficiente tiempo, el cerebro no recibirá sangre y perderemos la conciencia.
Esto generalmente va precedido de los efectos visuales, pero si la aceleración se establece lo suficientemente rápido pueden ocurrir simultáneamente.