Tras su éxito inicial, este sistema vio peligrar su existencia cuando en 1892 se introdujeron los primeros tranvías eléctricos.
En respuesta, Friedel Klussmann fundó el "Comité Ciudadano para Salvar los Cable Cars".
Celebridades se sumaron y los comerciantes se dieron cuenta de que los turistas no iban a San Francisco a viajar en autobús.
La victoria fue arrasadora (170 000 votos a favor contra 50 000 en contra) y la ciudad se vio obligada a mantener el sistema de cable de la calle Powell.
En 1964 el sistema de cable car fue declarado Patrimonio Histórico Nacional.