Este corto opúsculo recibió el honor de ser prohibido por la Inquisición cuando se reimprimió (Madrid: Fernando Monje, 1734) y fue premiado con una mención en el Index librorum prohibitorum de 1790, sin duda por su irónico ataque a los hipócritas beatos.
Supone una especie de transición entre la narrativa costumbrista del XVII y la Ilustración.
Trata de instruir a la juventud mediante consejos jocosos desterrando la hipocresía, la falsa virtud y la moda.
En un «Prólogo al lector», D. Alejandro Girón confiesa haber ido a la Corte a resolver un pleito matrimonial; en el cuarto del mesón en que se aloja encuentra un pliego con el mismo título que el libro que tenemos entre las manos; lo lee, le interesa y decide continuarlo y acabarlo.
Los «Documentos» contienen los consejos que el padre da al hijo sobre normas de conducta para tener éxito en la vida.