El álbum, fue producido por Mario del Castillo y José Carlos Molina, y vio la luz unos cuatro años después de su predecesor: A golpe de látigo.
En un principio, la elegida fue Belter, sello especializado en la llamada canción española, pero que cuenta con algún grupo de rock, como Burning, entre sus artistas.
La discográfica, solo aporta la cantidad suficiente para la grabación de un sencillo; pero el vocalista y líder del grupo, José Carlos Molina, consigue con ese presupuesto, grabar un álbum completo, en unos estudios dedicados fundamentalmente a la producción de maquetas.
En contraste con su época más progresiva, el álbum está claramente orientado al heavy metal, como lo indica, claramente, la canción que abre el álbum.
Aunque fue editado en CD por Zafiro en 1994, las grabaciones originales no se conservaron, por lo que no ha sido posible una remasterización del disco a la fecha.