Como parte del estudio de animación de MGM, uno de sus trabajos más importantes fue la serie Tom y Jerry, junto al equipo de William Hanna y Joseph Barbera.
Ganó numerosas veces el Óscar al mejor cortometraje animado por los cortometrajes de Tom y Jerry.
En sus respectivas autobiografías, algunos directores consideraron este hecho bastante agravante.
Muchos consideraban a Quimby como un tirano que interfería innecesariamente en sus trabajos y además tomaba el crédito.
Irónicamente, a pesar de que era un productor de dibujos animados, Quimby no presentaba un gran sentido del humor.