A pesar de haber sido utilizado principalmente como relevista, fue convertido en abridor con los Hagerstown en 1990, ahora en la double A Eastern League.
Como relevista y heredando una situación de bases llenas con dos out, retiró a Bill Pecota con un elevado al jardín izquierdo para poner fin a la octava entrada.
Entrando en el juego contra los Yankees que ya habían anotado cinco carreras en la tercera entrada, De la Rosa sacó los últimos dos outs de la entrada sin permitir ninguna otra carrera.
Lanzó cuatro entradas perfecta antes de que los Yankees le hicieran tres carreras en la quinta.
En la Liga Dominicana jugó durante mucho tiempo con las Estrellas Orientales, ganándose el apodo de "Domador de Tigres" por su actuación contra los Tigres del Licey, siendo uno de los lanzadores más dominante y carismático del béisbol invernal por varios años.