Regresa a España en 1755, habiendo alcanzado ya el rango de alférez.
Poco después en el navío Soberano echa a pique el Castillo Nuevo del Bey de Argel.
En 1776 asciende a capitán de navío y al mando del San Dámaso participa en las operaciones de la Colonia del Sacramento hasta que se alcanza la paz con los portugueses.
En 1793 estalla la Guerra del Rosellón contra la Convención Nacional francesa.
Estas posesiones son devueltas al Rey de Cerdeña.