Se casó a los cuarenta años con una joven de veinte y con la que tuvo cuatro hijos.
[7] Se dice que afinó los pases de capote y que inventó las navarras (ir en dirección contraria a la de embestida del toro).
Por la fama que adquirió con su cuadrilla, en 1759 fue llamado a actuar delante de Carlos III cuando visitaba Zaragoza.
En Zaragoza inauguró en 1764 con su cuadrilla la plaza de toros mandada construir por Ramón Pignatelli.
En el público, estaba un joven Goya con 18 años que, mucho tiempo después, representó en sus grabados las hazañas de Martincho: en una mesa, brincando por encima del toro o con grilletes y sentado en una silla.