Cuando tenía nueve años, su familia se mudó de Campobasso a Nápoles.
En 1884, empezó a tener problemas de ojos, que le provocaron la pérdida progresiva de la vista hasta llevarlo a la ceguera total.
Tuvo la cátedra napolitana hasta que la enfermedad le impidió continuar enseñando, en 1923.
En sus investigaciones se ocupó de Dante Alighieri, Torquato Tasso y Alessandro Manzoni.
Entre sus discípulos hubo Manfredi Porena, que se convirtió en su yerno al casarse con su hija Carolina.