La fonofobia, ligirofobia, acustifobia (akou oír y phobos miedo) o acusticofobia[1] es un miedo intenso e incontrolable a ruidos como gritos, aviones de guerra, disparos, truenos, petardos, silbidos, aplausos, obras, llantos...[2] En ciencia y psicología se resume como el temor hacia el ruido o hacia el sonido, y los miedos que emergen ante la presencia del ruido son exagerados e irracionales.
[3] Los síntomas son los habituales de muchas otras fobias, ya que cuando el sujeto cree que hay posibilidad de ruido, comienza a sudar en exceso o siente muchos nervios, palpitaciones, temblores o miedo intenso e incontrolable y dolor en los oídos.
El miedo puede haber empezado cuando el sujeto, siendo niño, y a raíz de un evento traumático ocurrido, por ejemplo, en el colegio.
[5] Algunas personas con esta aversión pueden evitar los bebés, los niños o los animales domésticos, principales foco del miedo.
La terapia cognitivo-conductista, en la que con la ayuda del psicólogo, se va haciendo una aproximación paulatina a la causa de la fobia, es la más efectiva.