Fonda Susilla es una comedia de situación o sitcom producida por Once TV México (Canal de televisión del Instituto Politécnico Nacional) y Bravo Films que empezó a transmitirse en abril del 2006.
Como la Fonda Susilla se encuentra en un local conectado a su casa, los cinco hijos llegan siempre a ese espacio después de la escuela, ahí comen y ayudan en los trabajos necesarios, además de hacer también sus tareas e invitar amigos, por lo que la fonda se convierte en su primer hogar y en la esfera de múltiples interacciones.
Cabe destacar, asimismo, que en Fonda Susilla las situaciones giran en torno a un humor blanco que no se basa en chistes sexistas ni utiliza preferencias sexuales, etnias, clases sociales, nacionalidades ni discapacidades como fuente de diversión.
Todo ello debatiéndose cotidianamente con su propia inmadurez, y aprendiendo de la vida casi al mismo tiempo que sus hijos.
Florencio no se llama así, usa el nombre por motivos románticos: una noche lluviosa, después de perder todos sus ahorros en una quiniela, llegó hecho polvo al café Sumatra de la calle Florencia.
Este sentimentalismo geográfico se extendió a sus hijos: todos llevan los nombres de los lugares donde fueron concebidos.
eso si no está viendo a Carmela, por la cual se sienta atraído y la cual le causa muchos sentimientos encontrados.
Tiene 20 años y hace tres semestres entró a la universidad para estudiar administración de empresas.
Por eso lleva tres años de novia con Ricky, un joven consultor de empresas tan adicto al trabajo como ñoño, al que Italia le saca una cabeza, literal y metafóricamente.
Su sentido práctico le indica que la pasión importa poco y estropea las relaciones.
Para ella el amor es, al exterior, un juego de toma y da donde se pierde o se gana, y hay que ser el negociante más listo para sobrevivir.
Desea cambiar el mundo, para lo cual está suscrita a cuanta organización ecologista, feminista y altruista existe.
En la organización de Alemania hay un miembro que no usa rastas ni gorro hasta las orejas como el común.
Va más bien en su rollo y no se mete con nadie a menos que sea indispensable.
Es el primer y más aguerrido fan del grupo de su hermana Alemania.
Como la mayoría a su edad, está enganchado a la red mundial, lo cual satisface sus tres pasiones: juegos, mujeres con poca ropa o sin ella, y sobre todo, milagros, fenómenos místicos y vidas de santos.
Sobre todo en lo concerniente a la carne… Un extraterrestre no podría ser más distinto que Condesa de su hermano gemelo.
Se pasa la vida escribiendo cartitas retacadas de corazones y calcomanías multicolor para novios imaginarios, que al final siempre son el mismo: su príncipe.
Está enterada del árbol genealógico y todos los avatares de la realeza mundial.
Vive en un perpetuo despiste, tal vez porque el 90 por ciento de su atención y retentiva están puestas en sus fantasías.
Perfectamente metida en su edad, es lista, extravertida, traviesa, curiosa y metiche hasta sacar canas verdes.
Le gustan los juegos de rol, como yo soy la maestra y tú te callas.
Su mascota es un cangrejo llamado José Luis, y aunque lo quiere mucho, su sueño es tener un perro o un gato.
Oriunda de Putla, Oaxaca, Carmela cocina como los dioses y parece una.
Sin embargo, sabe que él sigue en duelo por su esposa y prefiere ahorrarse el zafarrancho que se armaría con Marbella e Italia, quien se la pasa buscando motivos para correrla, sin resultado.
Cada vez que lo rechazan de un casting (es decir, siempre) encuentra un sentido enriquecedor.
Por más experimentos que las hermanas Susilla implementan para sacarlo de sus casillas, no lo consiguen.
Entre otras cosas porque está seguro de que Alemania y él se gustan.
Su muerte a los 40 años fue surrealista: se asfixió con un trozo rebelde de queso Oaxaca.
Esto ha dejado un trauma en Florencio: no solo tiene prohibidas las quesadillas en el local (cada vez que un comensal pide una se hace un silencio mortuorio, aunque Carmela se las prepara a los hijos Susilla clandestinamente), sino que la sola visión de un peinado que le recuerde dicho queso lo hace crispar y apretar los puños.