Tenían diversas formas, generalmente considerados deformes o monstruosos, algunos con un ojo, un pie y una mano, otros tenían cabezas de animales, a veces de cabra, cerdo, toro, aunque otros podían ser bellos como Elatha, que era rubio y hermoso, o como Morrigan, diosa de la muerte que lucía piel blanca de bellas facciones, cabello negro y un hermoso vestido rojo.
No se conoce mucho sobre la descripción física de este dios, lo poco que se sabe era que el era una manifestación absoluta de la oscuridad, por lo que se le veía presente en los abismos y en cada rincón donde hubiese un poco de oscuridad o en cada sombra del entorno dada por cualquier ser vivo u objeto.
La primera batalla, Murbolg, tuvo lugar en el Ulster, la segunda, Badbgna, en Connaught,la tercera, Cnamros, en Leinster.
Sólo pudieron ser derrotados por los Tuatha Dé Danann, tras lo cual volvieron a su patria.
[2] Alberro, Manuel “Paradigmas de la cultura y la mitología célticas”, Ediciones Trea (Colección Piedras Angulares), 2006.