[2][3][4] En algunos casos, una subtrama puede ser utilizada como un florete para la trama principal.
[6] Un florete por lo general difiere dramáticamente o es extremadamente similar, pero con una diferencia clave que los distingue.
[7] Thomas F. Gieryn coloca estos usos de los floretes literarios en tres categorías, que Tamara A. P. Metze explica como: los que enfatizan el mayor contraste (esto es diferente porque...), los que operan por exclusión (esto no es X porque...), y los que asignan la culpa ("debido a la lentitud de los procedimientos de toma de decisiones del gobierno...").
[8] En Cumbres Borrascosas de Emily Brontë, Edgar Linton es descrito como opuesto al personaje principal Heathcliff, en apariencia, dinero, herencia y moral, por muy similar que sea su amor por Catherine.
En la serie de Harry Potter, Draco Malfoy puede ser visto como un florete para el personaje de Harry Potter; el profesor Snape permite que ambos personajes "experimenten las aventuras esenciales de la autodeterminación",[13] pero toman decisiones diferentes; Harry opta por oponerse a lord Voldemort y a los mortífagos, mientras que Draco finalmente se une a ellos.