El matrimonio compuesto por Trudi y Rudi Angermeier vive en una pequeña población de Baviera.
Ella decide mantener el secreto e intenta disfrutar con su marido viajando fuera de su entorno más cercano.
A partir de ese momento Rudi intentará cumplir los deseos que ella dejó pendientes, empezando por uno de los más importantes: su pasión por Japón y por la danza Butoh, aprovechando que su hijo Karl reside en Tokio.
Una vez allí descubre que también molesta a su hijo, aunque Rudi hace todo lo posible por distraerse y adecuarse a una ciudad tan grande y una cultura tan diferente.
Finalmente, Yu y Rudi emprenden un viaje juntos a conocer el monte Fuji, donde tras unos días de espera en que las nubes lo cubren, él puede bailar frente a él al amanecer y reunirse con su fallecida mujer.