Durante su jubilación siguió una segunda carrera como una promotora de salud pública en Colorado y en 1951 recibió un Premio Lasker por su trabajo.
[1] Mientras en Hopkins, sus capacidades observacionales y su perseverancia en el laboratorio despertaron la atención del anatomista Franklin P. Mall, quien ayudó a concentrar el enfoque de Sabin en dos proyectos que serían esenciales en sus investigaciones posteriores.
Al graduarse, Sabin emprendió una pasantóa en el Hospital Johns Hopkins bajo el médico William Osler.
[1] En 1902, empezó a enseñar en el Departamento de Anatomía en Johns Hopkins.
[3] Mientas allí, Sabin concentró sus investigaciones en las células inmunológicas, especialmente los monocitos.
En 1938, Sabin renunció del Instituto Rockefeller y se mudó de vuelta a Colorado para su jubilación.
Presentó sus hallazgos y afirmó que el estado «llevaba retraso con respecto a la salud pública».
En 1951, Sabin volvió a jubilarse pero continuó promoviendo asuntos relacionados con la salud pública.