La firma electrónica cualificada es una de las normas que se han establecido en el marco del eIDAS.
Para que una firma electrónica se considere cualificada, debe cumplir tres requisitos principales: En primer lugar, el firmante debe estar vinculado e identificado de forma única con la firma.
El segundo es que los datos utilizados para crear la firma deben estar bajo el control exclusivo del firmante.
Estos procesos pueden agilizarse de forma segura utilizando la firma electrónica.
El problema de estos métodos es que no siempre son seguros o puntuales.
[8] Todos los Estados miembros de la UE están obligados a reconocer como válida una firma electrónica cualificada, siempre que haya sido creada con un certificado cualificado que haya sido emitido por otro Estado miembro.