En su trabajo diario, Magni utilizaba la bicicleta como medio de transporte y fue así como se apasionó por este deporte.
Da el salto a la profesionalidad en 1940, pero su carrera se verá interrumpida por la guerra, regresando en 1947.
En el hospital rechazó un yeso y se negó a abandonar el Giro en el año de su anunciada jubilación.
Lo metieron en una ambulancia, pero cuando Magni recuperó los sentidos y se dio cuenta de que lo llevaban al hospital, gritó y le dijo al conductor que se detuviera.
Magni tomó su bicicleta y pudo terminar la etapa en el pelotón, que lo había esperado.