Paisajística y urbanísticamente, la arquitectura de Filipe Oliveira observa e interpreta valores.
Filipe Oliveira Dias adopta estructuras lineales que forman e informan lugares, principalmente, en las instalaciones dedicadas a la enseñanza.
Más dirigidas y manipuladas, estas estructuras son cuidadas y elaboradas cuando generan otros lugares menores donde la escala del espacio público encuentra la escala del espacio privado, aproximándose e identificándose con el Hombre.
Las lecciones del pasado son así, fundamentos e instrumentos útiles que estimulan y dilatan los deseos.
Cronológicamente, su arquitectura revela que cada estudio o proyecto lleva en sí lo más valioso de los anteriores.
Los mejores valores, acumulados, acaban al final por revelar densidad y estabilidad.
Y además, los numerosos edificios dedicados a la Enseñanza, donde sucesivas generaciones de jóvenes podrán convivir con una excelente arquitectura.
Es en este sentido que se puede decir que la obra de este arquitecto tiene un alcance ejemplar y pedagógico muy importante, justo cuando se defiende en Portugal el “Derecho a la arquitectura”, no como un privilegio ocasional o para algunos, sino como un derecho permanente y para el mayor número de personas.