Fiesta de los Jefes

Este intrépido silense decidió fingir que la villa estaba en llamas para así frenar el deseo y la ambición del enemigo y con ello el saqueo del municipio.

Tras la misa mayor se nombra aquellos que ocuparán el papel de Cuchillón, Abanderado, Capitán y Tamborilero.

De las hogueras y las tradiciones del pasado ha surgido la fiesta que tiene lugar en nuestros días.

Una celebración que reúne a todas las gentes del pueblo y alrededores y que anima al turista a sentirse uno más dentro de ella.

Ya con todos reunidos, y siguiendo el ritmo marcado por el tambor y los cencerros se llega al conocido Monasterio del municipio, donde se entona el cántico que acompaña a esta fiesta: "¡Viva nuestra devoción al dulce nombre de Jesús y de María!".