Ficus benjamina, llamado vulgarmente de igual manera, boj o laurel de la india en Costa Rica, Ficus en El Salvador,[1] y en América del Sur se le conoce como caucho benjamina o matapalo.
En su rango nativo, sus pequeñas frutas son alimento favorito de varias aves.
Tanto Ficus benjamina, F. binnendijkii, como F. robusta, son Ficus muy propensos a entrar en la primavera acompañados de brotes más o menos espectaculares que no cesarán hasta ya bien adentrado el otoño.
Esta metodología nos permitirá dirigir la planta mucho mejor, a la vez que conseguiremos no perder su aspecto ornamental en ningún momento.
El aporte de abono en el agua de riego no debe ser realizado en todas las ocasiones ya que el número de riegos comienza a ser más frecuente en esta época del año, y deberá realizarse recordando siempre que es preferible utilizar dosis bajas en más riegos que altas dosis en pocos.
Si estos abonos poseen los denominados microelementos o también micronutrientes, mucho mejor ya que los recursos nutricionales de los sustratos en contenedor son muy limitados en el tiempo y por ello hay que ir reponiéndolos de vez en cuando.
Si el Ficus es anfitrión de Psittacanthus coriaceum (comúnmente llamado "pajarito"), conviene efectuar la poda de inmediato, debido a que esta planta parásita invade todo el árbol, toma para sí mismo nutrientes del Ficus e impide su crecimiento.
En el interior de las hojas plegadas se depositan los huevos y desarrollan las formas inmaduras del insecto.
Esta plaga puede desarrollar todo el año y causar daños severos en la planta ornamental.