Federico Moyúa

Fue elegido alcalde de la villa por primera vez en 1910, siendo elegido para una segunda legislatura en 1911, en 1913 fue sucedido al mando del consistorio Bilbaíno por Benito Marco Gardoqui.Durante su mandato fue un gran impulsor de las infraestructuras y uno de los artífices del Bilbao moderno.Entre los mayores logros de su ejercicio como alcalde están el Embalse del Ordunte, cuyo abastecimiento satisface el 60% de la demanda de Bilbao, los puentes móviles de Deusto y del Ayuntamiento, el Mercado de la Ribera o la reforma de la Plaza del Arenal.Algo que finalmente no se consiguió.[1]​ La Plaza Elíptica de Bilbao está dedicada a su nombre.
Retrato de Moyúa