Fawzia Koofi (Badajshán, 1975) (en persa: فوزیه کوفی)[1] es una activista por los derechos de las mujeres y política afgana.
[2] Ha sufrido dos atentados, uno en 2010 y el último en agosto de 2020 en el que resultó herida en un hombro provocando también daños en una mano.
[3] Nacida en una familia polígama de siete mujeres, en un primer momento Koofi fue rechazada por sus padres debido a su sexo.
Su padre Abdul Rouf, miembro del Parlamento afgano, se había casado con una mujer más joven, y su madre quería tener un varón para mantener el afecto de su esposo.
[5] Su padre parlamentario durante 25 años, murió al final de la primera guerra afgana (1979-1989), asesinado por los muyahidines.
[7] Firmado como decreto, el borrador debía ser votado para convertirse en un documento oficial de la constitución.
Mientras se desempeñaba como vicepresidenta en 2005, Koofi recaudó fondos privados para la construcción de escuelas para niñas en provincias remotas.
[2] Los talibanes han insistido en declaraciones recientes que ya no se oponen a la educación de las mujeres pero en los territorios que todavía controlan, según la ONG Human Rights Watch, todavía restringen el acceso de las niñas y mujeres a la educación y no se procesa en los tribunales los casos de violencia contra las mujeres.
Diez días después de su boda, los talibanes arrestaron a su esposo y fue encarcelado.
[20] En 2012 publicó el libro autobiográfico: The Favored Daughter: One Woman’s Fight to Lead Afghanistan into the Future (La hija favorecida: la lucha de una mujer para llevar a Afganistán al futuro) en el que narra sus memorias autobiográficas escritas con la ayuda de Nadene Ghouri.
La historia abarca desde el momento del nacimiento de Fawzia hasta el presente cercano y su creciente carrera política.
La familia practicaba la poliginia, el padre de Fawzia se había casado con siete mujeres.
Ella se niega a sostener a Fawzia después de su nacimiento, y el bebé se queda afuera al sol durante un día completo, desarrollando quemaduras solares de segundo grado.
Habiendo combatido a los soviéticos, los muyahidines ahora estaban ganando el control del país.
Por seguridad, también debe comenzar a usar un burka fuera de su casa, algo que hace con mucho resentimiento.
Luego, el sistema político y social también cambia debido a la invasión de los talibanes.
El grupo extremista comienza a destruir las facetas históricas, culturales y educativas de Afganistán.
Las mujeres tienen prohibido estudiar o trabajar, y son golpeadas si usan menos de un burka.
Eventualmente, a las mujeres se les prohíbe incluso abandonar sus hogares si no están acompañadas por un muharram o un pariente sanguíneo masculino.
Más tarde, Mirshakay planea un viaje para escapar de Afganistán y buscar refugio en Pakistán.
En unos instantes, estos planes se hacen imposibles cuando los oficiales talibanes irrumpieron en el apartamento de Fawzia e inmediatamente arrestaron a Mirshakay y Hamid.
Aun así, cuando Afganistán celebra sus primeras elecciones democráticas, Fawzia obtiene el permiso de su familia para postularse como miembro del parlamento.