Siria permaneció, según describió Al Jazeera, como un "reino del silencio", debido a sus estrictas medidas de seguridad, un presidente relativamente popular, diversidad religiosa, y preocupaciones por la idea de una insurgencia como la que se había visto en la vecina Irak.[23] En enero empezaron a surgir protestas minoritarias que pedían reformas en el gobierno, y continuaron hasta marzo.[25] Daraa había recibido una gran cantidad de refugiados internos forzados a abandonar sus hogares en el norte del país debido a una sequía agravada por la falta de abastecimiento del gobierno.[30] El 18 de marzo se hizo un llamamiento a un "Viernes de la Dignidad", al mismo tiempo que protestas a gran escala sacudían varias ciudades, incluyendo, Banias, Damasco, Hasaka, Daraa, Deir az-Zor y Hama.La policía respondió a las protestas con gas lacrimógeno, cañones de agua y palizas.Las protestas se extendieron también a otras ciudades sirias, incluyendo Homs, Hama, Baniyas, Jasim, Alepo, Damasco y Latakia.A pesar de la represión, las manifestaciones continuaron durante todo el mes en Daraa, Baniyas, Al-Qamishli, Homs, Duma y Harasta.[43] El gobierno anunció que liberaría a presos políticos, bajaría los impuestos, aumentaría los salarios de los trabajadores del sector público, permitiría más libertad de prensa e incrementaría las oportunidades laborales.[45] El gobierno, dominado por la secta alauita, hizo algunas concesiones a la mayoría suní y algunas minorías.Las autoridades anularon una prohibición que restringía a los profesores llevar el nicab, y se cerró el único casino del país.[46] El gobierno también otorgó la ciudadanía a miles de kurdos sirios, considerados previamente como "extranjeros".[51][52] Se emplearon tanques por primera vez contra los manifestantes, y francotiradores tomaron posiciones en los tejados.Durante el ataque en Daraa, el Ejército Sirio también asedió y bloqueó varios pueblos alrededor de Damasco.A medida que el levantamiento progresaba, los combatientes de la oposición se equiparon y organizaron mejor.Los opositores cogieron las armas, y los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad continuaron durante los siguientes días.Temiendo una masacre, insurgentes y desertores, junto con 10.000 habitantes, huyeron cruzando la frontera turca.Con esto se inició una nueva fase en el conflicto, con más resistencia armada contra el gobierno.El grupo en línea progubernamental "Ejército Electrónico Sirio" ha hackeado sitios web con frecuencia para publicar material a favor del régimen, y el gobierno ha estado implicado en ataques de malware dirigidos contra los reporteros de la crisis.[66] El gobierno también torturó al caricaturista político Ali Farzat, crítico de la represión.Aunque hay extremistas luchando contra el gobierno,[69] la mayoría de fuentes independientes no se refieren a la oposición como terroristas.En cambio, la SANA, la agencia de noticias oficial del gobierno sirio suele referirse a los opositores como "grupos armados" o "terroristas".[70] De forma similar, otros observadores especularon que dichos comunicados estadounidenses podían ser usados como pretexto para lanzar una invasión militar en Siria.
Manifestaciones en Duma, un suburbio de Damasco (8 de abril de 2011).