Con frecuencia se deleitaba observando las palomas mensajeras que cruzaban el cielo sobre su casa y cursaba Séptimo grado en su colegio en Al Jeezah.
Según testigos, el niño fue detenido con 51 manifestantes ese día por los servicios de inteligencia sirios.
[5] Además, tenía signos evidentes de haber recibido latigazos con un cable y electroshocks.
[6][7][8][9] Según la versión extraoficial, las fuerzas de seguridad capturaron al niño y lo torturaron hasta provocarle la muerte.
"Australia pide a la ONU que lleve al presidente sirio, Bashar al Asad, ante la Corte Penal Internacional (ICC) por la represión del régimen contra los civiles", anunció el ministro australiano de Asuntos Exteriores, Kevin Rudd.
[3] En YouTube se colgaron vídeos para rendirle homenaje y denunciar al régimen sirio.
UU., mostró su preocupación por el caso y dijo esperar que su muerte "no fuera en vano".
Su muerte se convirtió en un símbolo tan potente como Mohamed Bouazizi, el frutero tunecino cuya autoinmolación desató la revolución de Túnez, Khaled Said en Egipto y Neda Agha Soltan en Irán,[3][13] durante la efímera Primavera Árabe.