Aunque se trataba de una aeronave innovadora orientada hacia el mercado civil y militar, terminó siendo un fracaso comercial.
Se trataba de un helicóptero que sustituía el clásico rotor antipar por una hélice montada asimétricamente en el extremo de una corta ala que, además generaría sustentación reduciendo la carga del rotor.
En ese sentido, sería una antecesor de los convertiplanos como las aeronaves estadounidenses Bell XV-15 o el Bell-Boeing Osprey, aunque naturalmente no se trataba de un concepto tan radical como el del rotor basculante.
No obstante, el ángulo de inclinación de las hélices (propeller pitch) era controlado por los pedales del timón, para otorgarle estabilidad a la aeronave a baja velocidad.
Una vez aterrizado y “aparcado”, las aspas de su rotor -al igual que lo que sucede con los helicópteros más grandes- se arquearían hacia abajo, ocupando por o tanto un menor espacio.
Solamente se elevaban una vez que el rotor había entrado en pleno régimen rotacional, incrementado suficientemente sus revoluciones.
Además, el Ejército de los Estados Unidos (US Army) estaba interesado en la compra de nada menos que de doscientos (200) Rotodynes del tipo Y, posibilidad que -de haberse concretado- le habría dado un impulso más que definitivo a todo el programa.
UU.. Una vez más, otro decisivo apoyo gubernamental parecía estar al alcance, pero éste lamentablemente no terminaría prosperando.
Una vez solucionado este inconveniente relativamente menor, el fabricante estimaba que la aerolínea British European Airways (BEA) confirmaría sus pedidos tentativos, transformándolos en órdenes en firme.
El diseño más grande podría transportar entre 57 y 75 pasajeros(un poco menos que un jet regional con motores turbohélice (turboprop) Rolls-Royce Tyne de 3910 kW (unos 5250 SHP).
Como problema adicional, los motores Tyne comenzaban a ser vistos como poco potentes para impulsar el modelo más grande.
También se comunicó a la división de motores aeronáuticos de Rolls Royce que debían financiar el desarrollo del motor por sí mismos, sin esperar ayuda gubernamental al respecto.
Sin embargo, el golpe de gracia que dio al traste con el proyecto vendría de otros lados, y por partida doble: Primero estaba el hecho de que la aerolínea BEA (British European Airways) no realizó los pedidos en firme por los que aparentemente había estado interesada inicialmente.
[3] (es decir, un nivel menor al generado por un tren subterráneo del London Underground).
Por su parte, la empresa Groen Brothers Aviation está desarrollando técnicas específicas destinadas a la conversión de diseños aeronáuticos probados en girodinos.