Luego de finalizar su carrera como futbolista, se mudó a Francia para convertirse en director técnico.
Jugó en una alineación ilustre que incluía a Agim Cana, Edmond Rugova y Fadil Muriqi y muchos otros famosos jugadores de Kosovo que formaron parte de la Generación de Oro en los años 1980.
Anotó un total de 121 goles y tuvo 363 apariciones en el equipo.
Fue protagonista del exitoso equipo de 1988-89 que ganó la Copa de Yugoslavia, con un amplio marcador en la final cuando el Partizan ganó 6-1 al Velež Mostar.
Fue un consentido de la afición turca y cuando por su edad, ya no podía mostrar su capacidad decidió marcharse al Pristina y al Partizan.