Cabe recordar que en 1914 se había producido la mayor recesión de la economía argentina, afectada por los factores externos.
La supervivencia su empresa se basó en su eficacia en la prestación del servicio y en la diferenciación lograda respecto de sus competidoras.
En un aviso publicitario Veritas resumía los elementos con que contaba: “un digno archivo, un servicio rápido, una organización mundial y una eficiente colaboración”.
Por otra parte, los abonados figuraban con seudónimos anotados en un fichero al que sólo tenían acceso el gerente y el director (padre e hijo, respectivamente).
El procedimiento conforme al cual la persona que realizaba la recopilación de datos no redactaba el informe –a diferencia de lo usual en otras agencias donde lo hacía una misma persona- buscaba generar un informe más técnico e impersonal.
La Agencia Veritas continuó a cargo de sus tres hijos, Juan Noé, Antonio y Josué Rizutto hasta que fue vendida.