Fútbol de potrero

Fútbol de potrero es la denominación del estilo tradicional aplicado por los futbolistas argentinos en las canchas alrededor del mundo, enmarcado dentro del «fútbol sudamericano», de carácter individual improvisado —que incluye también a Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Paraguay, Uruguay y Venezuela—.

[1]​[2]​ En Argentina el fútbol se aprendió y desarrolló popularmente en espacios o parques libres, denominados "potreros", sin ninguna supervisión institucional ni preparación para su práctica.

[3]​ Salvo casos y momentos muy específicos, el sistema escolar y el Estado se desentendieron de la práctica del fútbol por parte de los estudiantes, buscando promover deportes alternativos.

Este incluye una variedad de juegos de fútbol, desde partidos más o menos formales, hasta partidos informales multitudinarios como "el picado", o juegos como el "mete-gol-entra", el "loco", la "corra", el "centro-gol", el "cañito-la liga", el "fútbol-tenis", el "coca-cola", el "cabeza", etcétera.

[4]​ Esas condiciones promovieron un juego basado fundamentalmente en la improvisación y la habilidad individual en el manejo de la pelota, el llamado "arte de la gambeta" (dribbling, en inglés) y el pase corto, así como un juego defensivo más físico y violento, con recurso sistemático a la vieja ley del football premoderno británico, el "hacking" o zancadilla, conocido en la zona del Río de la Plata como "hacha".

Potrero en Buenos Aires .
Vista usual en los potreros de la ciudad de General Roca.
La "gambeta", base del fútbol argentino.