Fósil guía (arqueología)

El término está en desuso, debido, por una parte, a que comenzó a utilizarse cuando el conocimiento no distinguía entre restos fósiles y arqueológicos, mientras que, por la otra, su utilidad está debatida.

[3]​ Sin embargo, en arqueología continuó utilizándose en sentido amplio, abarcando tanto organismos como artefactos.

En la investigación de los tecnocomplejos culturales arqueológicos, a menudo se han usado determinadas herramientas de piedra para caracterizar ciertas épocas o ciertas culturas prehistóricas.

Sin embargo, su aplicación es mucho más problemática, fundamentalmente, porque no se conocen suficientemente bien los procesos evolutivos de las culturas humanas y, en concreto, porque no es posible aplicar la idea de que la evolución cultural es irreversible.

Entre nosotros, los fósiles directores son, como mínimo, buenos indicadores» Jacques Tixier (página 17)[4]​Todo ello hace que, aunque sigan existiendo ciertos tipos líticos susceptibles de ser considerados fósiles directores, característicos de culturas y periodos concretos, para asegurarse no basta con utilizar la tipología lítica, sino que el diagnóstico debe haber sido corroborado por fuentes de información independientes (dataciones radiométricas, contexto geomorfológico, paleontología…).