Vuchetich había diseñado los otros dos más famosos gigantescos monumentos soviéticos para recordar el triunfo ruso en la Segunda Guerra Mundial, otra estatua de hierro en Volgogrado y el Soldado Soviético en Berlín.
Fue controvertida, muchos criticaron los costos involucrados y afirmaron que los fondos podrían haber sido mejor gastados en otro lugar.
La estatua fue inaugurada en 1981 en una ceremonia a la que asistió el entonces primer ministro soviético Leonid Brézhnev, ucraniano de origen.
Hoy día la estatua sigue siendo controvertida: algunos afirman que debe ser derribada y su metal utilizado para fines más funcionales.
Este monumento apareció en una escena de la novela World War Z: An Oral History of the Zombie War (en inglés) cuando un comandante de tanque ucraniano y sus hombres sobrevivientes huyen en sus vehículos en un Kiev abandonado y bajo llamas bajo la mirada atenta del monumento.