Desde 1889 hasta 1930, el gobierno era una democracia constitucional, con la presidencia alternándose entre los dominantes estados de São Paulo y Minas Gerais.
El negocio del café causó que Brasil creciera económicamente, atrayendo a muchos inmigrantes europeos, particularmente de Italia y Alemania.
Este periodo, conocido como la "Vieja República," finalizó en 1930 con un golpe militar que puso a Getúlio Vargas, un civil, en la presidencia.
Ganaron fuerza organizaciones izquierdistas como Alianza Nacional Libertadora o el Partido Comunista Brasileño; también surgió un movimiento de inspiración fascista llamado Integralismo.
En 1935 fracasó una intentona revolucionaria de izquierda encabezada por ciertos sectores del ejército y algunos individuos ligados a la URSS; poco después los integralistas intentan un putsch.
[2][5] Con la renuncia de Vargas en 1945, y tras redactarse una nueva Constitución en 1946, que restauraba derechos individuales respecto a la anterior, se inicia el período conocido como República Nova.
Del mismo modo fueron favorables a Brasil todos los otros litigios con los demás estados latinoamericanos limítrofes (por ejemplo Perú y Colombia).