Fue abierta por la Compañía de Ferrocarriles del Oeste en el marco de la línea Saint-Cyr-Surdon y explotada por ella hasta su quiebra en 1908 siendo rescatada por una empresa estatal.
La actual estación es un edificio clásico rectangular y de dos plantas adornado en su parte más alta por un pequeño frontón.
La atención comercial se limita al horario de mañana aunque también existen máquinas expendedoras de billetes.
Además, se muestra información en tiempo real sobre los trenes pendientes de llegar.
En su exterior se encuentra un aparcamiento gratuito de entre 50 a 100 plazas.