El 30 de agosto del 2000, un convoy que estaba llegando a la estación sufrió un descarrilamiento que solo afectó al coche motor ya el resto de los vagones no llegaron a volcar.Tras derrapar sobre la vía durante más de 100 metros,[1] el convoy se detuvo al impactar contra el andén opuesto a escasos centímetros del tren que hacía la ruta en sentido contrario y que se encontraba haciendo su parada.[1] El tramo que precede a la estación desde Saint-Georges es especialmente delicado con desniveles y curvas que limitan la velocidad a 30km/h en parte de él.Desde entonces, se han colocado en los puntos más conflictivos medidores de velocidad y se obliga a los conductores a realizar al menos un giro completo sin usar el piloto automático para no perder la mano.Está diseñada en bóveda elíptica revestida completamente de los clásicos azulejos blancos del metro parisino, aunque son planos, sin biselar.