Las obras, iniciadas en 1931, se desarrollaron sin dificultades hasta alcanzar el objetivo.
A diferencia de otros terminales, la estación que se compone de dos andenes laterales ligeramente curvados y dos vías, una en cada sentido, no usa ni un andén central, ni un bucle de retorno, ya que los trenes son derivados a una zona de garaje para maniobrar y poner retomar la marcha.
En su diseño muestra un aspecto clásico, con claro predominio de los azulejos blancos.
Como obra de la compañía Nord-Sur, aún conserva en los zócalos de color marrón las siglas N y S entrelazadas.
En los años 90, la estación fue remodelada siguiendo el estilo Ouï-dire, en vigor desde los años 80, y que se manifiesta principalmente en el diseño curvado de las estructuras que iluminan la estación dotándole de una luminosidad característica que se ve reflejada sobre la bóveda y en la existencia de dos tipos de asiento, uno convencional y otro en el que solo es posible apoyarse.