En 1896 se inauguró una nueva estación que sustituyó a la original, construida en madera.
Para acceder a la nueva estación, ya no eran necesarios los pasos a nivel que sí requería el antiguo trazado, puesto que ahora el ferrocarril entraba en la estación mediante terraplenes u otros cambios de cota de la traza ferroviaria.
También se procedió a integrar en la estación el ferrocarril del Brünig, y en 1922 se electrificaron las vías de la estación, al electrificarse también la línea hacia Olten y Basilea.
Desde 1910 existían proyectos para ampliar la estación, ya que había aumentado la demanda y operaba al límite de su capacidad, pero estos planes fueron frenados por el comienzo de la Primera Guerra Mundial.
La estación fue destruida por un grave incendio acaecido en febrero de 1971, en el que afortunadamente no hubo víctimas mortales.