La palabra escrúpulo (del latín, scrupulus, diminutivo de scrupus, ‘piedrecilla’)[1] designa varias unidades de medida.
En el siglo XVIII los antiguos boticarios pesaban en libras, onzas, dracmas y escrúpulos.
La relación entre ellas era la siguiente: una libra pesaba doce onzas, la onza ocho dracmas, la dracma tres escrúpulos, y el escrúpulo veinte granos.
Además, se usaban el óbolo y el carácter, que equivalían a doce y cuatro granos, respectivamente.
El escrúpulo podía tener diferentes valores en cada país: en España y Portugal, un escrúpulo equivalía a 24 granos (pesando 1,55517384 gramos), mientras que en el sistema imperial inglés correspondía a 20 granos (1,2959782 gramos).