Inventada en 1932, se utiliza generalmente con el limpiador o blanqueador de retrete.
La escobilla de baño se utiliza en la limpieza rutinaria de la taza del retrete pero también para desprender restos orgánicos adheridos a la misma.
Se puede utilizar para limpiar el área superior del retrete, alrededor de la taza.
Sin embargo, no puede ser utilizada para limpiar a gran profundidad y no debe ser utilizada para limpiar el asiento de inodoro.
En el cuarto de baño, se sitúa en un lugar discreto alejado de los ojos del visitante, generalmente en la parte lateral y posterior del retrete.