Escándalo de los productos para hemofílicos

Estos productos provocaron que un gran número de hemofílicos fuesen infectados con el virus del VIH y de la hepatitis C. Las compañías que estuvieron involucradas en el caso fueron: Alpha Therapeutic Corporation, Rhône-Poulenc Rorer Inc.[1]​ Se estima un rango de 6000 a 10 000 hemofílicos infectados con VIH en los Estados Unidos.[3]​ En 1981 una creciente preocupación por una enfermedad hasta entonces no identificada de carácter infecciosa y asociada al colapso del sistema inmunitario se adueñó de la situación, dicha enfermedad sería más tardíamente conocida como sida.[3]​ Cutter temía perder clientela, según un memorando interno «se deseaba dar la impresión de la mejora continua del producto sin hablar con las personas y tener prontamente un tratamiento térmico» concentrado.[3]​ En junio una carta de Cutter dirigida a los distribuidores en Francia y en otros 20 países decía que «el sida se ha convertido en el centro de una respuesta irracional en muchos países» y que, «Esto es de particular interés para nosotros debido a especulaciones sin fundamento que este síndrome puede ser producido por ciertos productos sanguíneos».La compañía además alegó una escasez de plasma, manteniendo a Cutter con una baja producción del nuevo medicamento.[3]​ En mayo de 1985 cuando el distribuidor de Hong Kong declaró una emergencia médica inminente y pidió la nueva medicina, Cutter alegó que la mayor parte de la nueva medicina se distribuía en Estados Unidos y en Europa, por lo que no tenían suficiente para Hong Kong, salvo por una pequeña cantidad para los «pacientes más vocales».Dado que muchos registros no están disponibles y porque era una época en la que la prueba del sida aún no se había desarrollado, no se puede saber con certeza cuántos hemofílicos se infectaron con el VIH antes que Cutter comenzara a vender su medicamento más seguro.[3]​ El doctor Sidney M. Wolfe, director del Public Citizen Health Research Group, que ha estado investigando las prácticas de la industria durante décadas, los llamó «los más comprometedores documentos internos de la industria que he visto jamás».Al dialogar con Mark Papantonio, asesor legal de la serie, se discutió un artículo del New York Times de 2003 que hace referencia al producto diciendo que «lo tiraron... en Japón, España y Francia» ya que el producto era conocido por Bayer por afrontar riesgo de contaminación.Y también existe la acusación contra la Federación Española de Hemofilia (FadHemo) como vehículo para canalizar esa compensación a los enfermos, hecho que es negado por su ex vicepresidente.[8]​ La compañía Baxter emitió un comunicado a las otras compañías implicadas que no habían ofrecido compensaciones monetarias: Grifols, Landerland y Cutter de Bayer para que se unieran.Shrager había negociado previamente una resolución favorable para los hemofílicos canadienses, y posteriormente estableció un grupo de demandantes, dirigido por Wadleight para asesorarlo a él y a otros abogados.[1]​ Mientras tanto, los productores de los anticoagulantes se encontraban tranquilos resolviendo muchas demandas individuales que fracasaron porque muchos estados tenían leyes protectoras de los tradicionales productos sanguíneos por responsabilidad en cuanto al reclamo por los productos.En Francia se estima que unas 4.000 personas, muchos de ellos hemofílicos, recibieron la sangre infectada con el virus del VIH.Otros dos funcionarios del gobierno continuaron con la utilización del viejo stock de medicamentos sin calentar en el año 1985, aun cuando el producto calefaccionado ya se encontraba disponible y por ello fueron enviados a la cárcel.[10]​ Varios hemofílicos hablaron con el periódico New York Times en 2006, aun bajo el régimen de Sadam Hussein, y se vieron obligados a firmar «un pliego comprometiéndose a no trabajar, casarse, ir a la escuela, utilizar las piscinas públicas o barberías, visitar consultorios médicos o contar acerca de su condición» bajo pena de muerte.[7]​ Una corte de Roma ordenó al Ministerio de Salud que pague por los daños a 351 personas que contrajeron hepatitis C y VIH mediante las transfusiones de sangre, la corte se refirió a que el Ministerio actuó de forma demasiado lenta en introducir medidas para prevenir que el virus comenzara a esparcirse a través de la sangre donada, y que no estableció los chequeos adecuados en el plasma y los productos derivados del mismo.Como resultado, 1.400 japoneses hemofílicos fueron expuestos al virus del VIH y unos 500 habían muerto para el año 2001.
Prevalencia del VIH en el mundo (1982-1996). Clave: Sin datos Menos de 0.1% 0.1-0.5 % 0.5-1 % 1-5 % 5-15 % 15-50 %