Escándalo de las bacanales

El escándalo de las Bacanales tiene su origen en una historia familiar que parece una noticia.

[1]​ Un joven caballero, Ebucio, fue destinado por su madre y su padrastro a la iniciación en los misterios de Baco, en cumplimiento de un deseo formulado para su recuperación durante una enfermedad.

Mantuvo un romance con una famosa cortesana, Hispala, y le anunció que dormiría algunas noches para respetar el período de abstinencia que precede a su iniciación.

Ebucio reveló esto al cónsul Postumio, quien, juzgando su testimonio digno de fe, decidió reunirse con la cortesana Hispala para conocer más sobre el movimiento báquico.

Sus revelaciones fueron edificantes: los misterios dionisíacos eran el pretexto para orgías que conducen a los peores crímenes rituales.

Sarcófago con representación de una bacanal