Este proceso es del tipo caldera volcánica y ha ocurrido por lo menos 3 veces durante los últimos 14 millones de años.
Luego el Segundo Ciclo donde se formó la Caldera Atitlán II del mismo modo que el anterior.
Las super erupciones se categorizan principalmente por la cantidad de material emitido (superando los 1,000 km3) y los efectos desencadenantes a nivel global.
Después se da la formación de un plutón riolítico aún mayor, cercano a los 1200 km cúbicos.
Solo los depósitos de los flujos en si conforman entre 250-350km3 del material expulsado hasta donde se han tenido datos.
Los depósitos de esta supererupcion pueden encontrarse desde el actual lago Atitlan, Quetzaltenango, Ciudad de Guatemala e incluso en lugares lejanos como Chiapas, el Lago Peten Itza, El Salvador, Honduras y los respectivos océanos Pacífico (cercano al Ecuador) y Atlántico (llegando a Florida e incluso Texas en Estados Unidos).
Las cenizas como se mencionó anteriormente llegó a depositarse en lugares tan lejanos como Texas y Florida.
La erupción también afecto al clima mundial de manera muy directa e incluso (según nuevas investigaciones) se cree que la supererupcion del Toba en Indonesia pudieron haber ocurrido en un periodo muy cercano, es decir, sería el primer caso del que se tenga constancia de dos super erupciones juntas en diferentes partes del mundo al mismo tiempo (hablando en tiempo geológico).
Esta nueva data es sugerida por los abruscos picos de aerosoles expulsados a la atmósfera en los últimos 100,000 años encontrados en lugares como Groenlandia.