Erosión lingüística
Es probable que esa interferencia de un segundo idioma la experimenten en cierta medida todos los bilingües, pero es más evidente entre los hablantes para los que un idioma distinto del primero ha empezado a desempeñar un papel importante, si no dominante, en la vida cotidiana; esos hablantes tienen más probabilidades de experimentar una erosión lingüística.Sin embargo, en numerosas ocasiones las investigaciones no han podido confirmar este postulado.[3] Una actitud positiva hacia el idioma potencialmente erosionado o a su comunidad de hablantes y la motivación para retenerlo son otros elementos que pueden reducir el desgaste.Estos factores son demasiado difíciles de confirmar por las investigaciones.El consenso actual es que se manifiesta en primer lugar y de manera más notable en el vocabulario de los hablantes (en su acceso léxico y en su léxico mental),[8][9] mientras que las representaciones gramaticales y especialmente fonológicas parecen más estables entre los hablantes que emigraron después de la pubertad.