La ermita del Santo Cristo de Valderrey está vinculada a los fenómenos ocurridos y celebrados en los finales del siglo XIII, con la Virgen de La Hiniesta y ese entramado donde la historia, el milagro y la leyenda constituyen un núcleo de trascendental importancia.
Los Viñedos de Valderrey forman parte de la asignación que Alfonso III concede a la naciente ciudad y diócesis con su llegada al Duero en el 893.
[1] El edificio consta de una sola nave de forma rectangular, en el que se distingue una sacristía, salón y casa del ermitaño.
En su interior destaca su retablo mayor y la imagen del Cristo de Valderrey, crucificado del siglo XVI que generalmente se encuentra cubierto con un faldón.
Así mismo existen en el lugar una cruz realizada en ladrillo visto y una fuente de moderna ejecución.