A su alrededor se formó la Cama o Sacama, fusionada en el siglo siguiente con Olesa de Montserrat.
El castillo construido en la época carolingia, era de dimensiones reducidas, con capacidad para diez soldados como mucho.
La masia de Sant Pere, bajo la capilla vivía una familia campesina, destinada a cuidar el ganado y los cultivos que podían tener alrededor, la actividad de esta masía duró hasta los años 70 del siglo XX.
En dirección al camino del oeste, se encuentran diferentes restos arqueológicos: un pequeño asentamiento íbero, con una casa encima, y una pequeña necrópolis, situada a cuarenta metros del asentamiento con una veintena de enterramientos.
El asentamiento íbero consta de tres viviendas, seis silos y otro edificio que no ha sido estudiado.
Durante la Edad Media se construyó la masía, que utilizó los silos coma depósitos de agua, y también se construyó una canalización para el agua hasta la masia de Puigventós que está situada a unos trescientos metros.