Los déficits de agua corporal dan como resultado una contracción del volumen y deshidratación.
Varias revisiones de toda la literatura científica sobre el tema realizadas en 2002 y 2008 no pudieron encontrar ninguna evidencia científica sólida que recomendara beber ocho vasos de agua al día.
Se necesita un suministro constante para reponer los líquidos perdidos a través de las actividades fisiológicas normales, como la respiración, la transpiración y la micción.
En cuanto a la ingesta de nutrientes minerales, no está claro cuál es la contribución del agua potable.
Algunos ejemplos son el calcio, el zinc, el manganeso, el fosfato, el flúor y los compuestos de sodio.
Hay varios oligoelementos presentes en prácticamente toda el agua potable, algunos de los cuales desempeñan un papel en el metabolismo.
Por ejemplo, el sodio, el potasio y el cloruro son sustancias químicas comunes que se encuentran en pequeñas cantidades en la mayoría de las aguas, y estos elementos desempeñan un papel en el metabolismo del cuerpo.
El agua es esencial para el crecimiento y el mantenimiento de nuestro cuerpo, ya que interviene en varios procesos biológicos.
Cuando una persona está enferma, también puede perder líquido a través de vómitos, diarrea y hemorragias.
[8] Se necesita un suministro constante para reponer los líquidos perdidos a través de las actividades fisiológicas normales, como la respiración, la sudoración y la micción.
Esto es percibido por los osmorreceptores del órgano vascular de la lámina terminal, que desencadenan la sed.
El sistema renina-angiotensina activado estimula la zona glomerulosa de la corteza suprarrenal, que a su vez secreta la hormona aldosterona.