Tenía tierras en el sudeste de Eifel y a orillas del río Mosela.
La mayor parte de las propiedades de Germán II, conde palatino volvieron al emperador cuando Germán murió sin sucesor.
El emperador nombró a Enrique conde palatino del Rin y durante el viaje del emperador a Italia fue el encargado de los consejos judiciales.
Como consecuencia de esto, el centro geográfico del Palatinado se trasladó hacia el sur.
Enrique fundó la Abadía de Santa Maria Laach.