Enrique Estévez Ochoa

Enrique Ochoa fue un pintor español conocido por sus ilustraciones de principios del siglo XX en revistas como “Blanco y Negro”, “La Esfera” o “Nuevo Mundo”.

En las Islas Filipinas es donde Enrique empieza a sentir su vocación artística, pero no será hasta años más tarde, tras el duro momento de la pérdida de sus dos padres (su madre fallece en la batalla de Cavite y su padre, gravemente enfermo, lo hará 2 años más tarde ya de regreso en España) y el paso a la dependencia y cuidado de sus abuelos maternos, donde el pequeño afianza su vocación artística y utiliza cualquier papel u otro soporte para dibujar y hacer sus primeros escarceos.

Su personalidad delicada, también viene marcada del duro choque del paso de la libertad marinera, a la disciplina castrense toledana que le tocó vivir, tras tener que ingresar en la Academia María Cristina con ocho años, academia de acogida de los huérfanos militares.

De la misma academia también era alumno el importante pintor[2]​ (1894-1979), el cual mantuvo una gran amistad con Enrique y ambos artistas recibían lecciones pictóricas de la mano del artista turolense de Cella, aunque residente en la imperial Toledo, Ricardo Arredondo y Calmache (1850-1912).

Es con la mayoría de edad, cuando el joven decide traslada a Sevilla, donde comienza a estudiar en la Escuela Superior de Bellas Artes y se gana la vida pintando a los personajes de los típicos barrios sevillanos.

En 1914, se instala en la capital de España, donde comienza a destacar como abanderado del modernismo y del “art decó” ilustrando la revista” Por esos mundos”, cuando la dirigía Perojo.

Aunque pasó desapercibida para el gran público, por una mala organización, esta exposición le sirvió para presentar muchas de sus obras que posteriormente se harían eco, como; “La joven del lirio”, “Carmen”, “Luis Alonso”, “Magdalena”, “El rubio”, “Una gitana”, “Retrato del escultor Cluny”, “ El hombre del jardín”, “Diego”, “Curro flores”, “Retrato de la señorita de olmedilla”, “Apunte para el retrato de Pedro Marón”…etc.

En su época bohemia en Madrid, Enrique compartió vivencias con Ramón Gómez de la Serna, del que ilustró su obra “ La Roja”, Mauricio Bacarisse, del que ilustró “El Esfuerzo”,,[3]​ grandes artistas que ayudaron a Ochoa a definir y perfilar su estilo.

El matrimonio duró pocos años, ya que a mediados de los años 20, Enrique viaja a Barcelona y decidió aposentarse allí, donde emprendió una relación sentimental con Carmen Oses Hidalgo, alumna suya, con la que vivió, pintó y viajó alrededor de todo el mundo hasta 1961, fecha de la muerte de esta.

Regresará a España en 1940 para establecerse de forma permanente en Mallorca.

En ella crea algunas de sus obras más intrigantes como son las “imágenes internas”, reflejo de un mundo onírico, y da inicio a su denominada “Plástica musical”.

Su féretro fue trasladado por vía aérea hasta su ciudad natal, el Puerto de Santa María, donde se le dedica una calle con su nombre.

También comparado con los prerrafaelistas, identificado con el surrealismo al mismo tiempo que con el arte abstracto o el gestualismo americano.

Enrique Ochoa, contemporáneo y amigo de Picasso, García Lorca, Alberti, Rubén Darío o Andrés Segovia – entre otros- dominó todo tipo de técnicas y recursos desde ilustraciones hasta retratos al óleo, pasteles, acuarelas.

Galería Montmartre 1922-1930 - Exposiciones Roma, Milán, Venecia 1931 - Barcelona.

Galería Pesaro 1936 - Bienal de Venecia 1937 – Exposición Milán.

Sociedad Gastronómica Amigos del País 1955 – Exposición París.

Romancero Gitano de Federico García Lorca 1966 - Homenaje a Enrique Ochoa.

Fundación Cultural Coll Bardolet “La sombra de Chopin en Valldemossa”.

Valdemosa Mallorca 2009 Enrique Ochoa, el pintor de la música.