Se caracteriza también por una gran estatura, ligereza de movimientos y condición bestial.
Es uno de los enemigos a los que se tiene que enfrentar Amadís de Gaula; su naturaleza infernal está precisada en la descripción que se hace de su muerte en la novela: “Antes que el alma le saliese, salió de su boca el diablo, e fue por el aire con muy gran tronido”.
Todos los rasgos definidores del endriago lo constituyen como un ser dotado de elementos defensivos y ofensivos suficientes para provocar el temor en cualquier adversario.
Nace como fruto del incesto entre el jayán Bandaguido y su hija Bandaguida, y después de que estos, mediante un engaño, asesinasen a la esposa del primero (quien es cruel enemigo de los cristianos e idólatra, al que los mismos ídolos a los que él adoraba le animaron a engendrar la cosa “más brava y fuerte que en el mundo se podría fallar”).
Su condición satánica, fijada por este origen, tiene un carácter simbólico que influye en la caracterización física y moral del personaje.