Se entiende por indigencia (del latín indigentia, por el adjetivo indĭgens, -entis, formado por el prefijo indu-, por interior, seguido del vocablo egēre, por necesitar)[1] el ingreso insuficiente para cubrir una canasta básica de alimentos, vestimenta, etc., para una persona o para una familia.
De esta manera, los hogares que no cuentan con ingresos suficientes para adquirir esa canasta son considerados indigentes.
Se calcula la equivalencia con respecto a esa unidad para cada integrante del hogar.
Al total familiar obtenido se lo multiplica por el valor de la canasta del adulto equivalente.
Operativamente, un hogar es pobre cuando su ingreso per cápita es inferior a 2 veces el valor de una canasta básica de alimentos en la zona urbana, y a 1,75 veces, en la zona rural, donde los gastos en servicios tienen menor importancia.