La película relata sobre la homosexualidad escondida en un hombre casado.
[2] Bruno (Francisco Celhay) es un arquitecto de 35 años que lleva una vida perfecta y vive en una bonita casa con su esposa e hijo.
Sin embargo, tiene un profundo sentido de desasosiego, por lo que deja su vida atrás y se muda a vivir solo, justo cuando un hombre de negocios lo contrata para diseñar un icono para la ciudad de Santiago.
[3] En la gama de los grises ha cosechado, en general, críticas y comentarios favorables, además de contar con una valoración positiva en FilmAffinity e IMDb, que ronda los seis puntos (en una escala de diez).
La reseña del periódico La Segunda considera que se trata de «una película homosexual muy hétero, marcada por un amor de "best seller", cierta contención dramática y una seguidilla de diálogos solemnes y algo artificiales».